EL PROCESO DE TRADUCCIÓN
Lo que sucede tras bambalinas
A mí me gusta decir que la traducción es un trabajo artesanal. Frente a la traducción automática, al estilo de Google Translate y otras aún más desarrolladas, el proceso de traducción humana es más lento y detallado y conlleva horas de investigación, capacitación y lectura. Para los curiosos del paso a paso, les cuento cómo el cerebro de un traductor se pone a punto para llevar adelante y combinar distintas tareas.
El proceso de traducción: una mezcla de factores
1) Lectura del original. Comprender el original es la parte más importante. Para esto, se debe conocer muy bien el idioma de partida. En Argentina, es muy común traducir del español (idioma nativo) y de una segunda lengua (inglés, francés, alemán, portugués, etc.) debido a nuestra formación universitaria. En esta etapa, el texto se analiza y se procesa para poder reformularlo correctamente en el idioma meta.
2) Investigación. Cuando un traductor se enfrenta al texto, debe cuidar muy bien la terminología que usa y entender en qué contexto se inscribe. El tiempo de investigación puede variar dependiendo de la dificultad y del tecnicismo del texto. Por ejemplo, hace un tiempo me tocó traducir un contrato de subrogación y debí informarme sobre todo el proceso de transferencia embrionaria y sobre términos como "folículos antrales" y "hormona antimülleriana". Esta investigación fue clave a la hora de traducir correctamente esos términos y de entender a qué se refería cada cláusula del contrato (y, así, poder traducir bien su contenido).
Obviamente, es en este punto donde radica la importancia (y la ventaja) de buscar un traductor especializado: no solo va a tener experiencia con los términos y va a conocer perfectamente el tema, sino que es probable que la traducción le tome menos tiempo debido a que la investigación será probablemente menor (por supuesto, dependiendo del caso).
3) La traducción en sí misma. La traducción y la investigación se van hilando. Aquí lo importante es la experiencia del traductor en el tema y en la técnica de traducción misma. Un traductor con experiencia va a saber ordenar las frases y darle el mismo sentido que el original. Lo importante en este punto es no cometer errores graves de sentido que cambien el mensaje.
4) Preguntas al cliente. Este paso no es siempre obligatorio, pero es necesario en casos donde hay información que no se lee del todo bien (por ejemplo, si se entrega un escaneo de un documento) o cuando el traductor debe conocer más del contexto (por ejemplo, si necesita conocer un poco más sobre los procesos de producción de una empresa en particular) o cuando necesita reponer mayor información que no aparece en el texto. Este trabajo en equipo es clave para que el resultado final sea el esperado.
5) Revisión de la calidad de la traducción. Esta etapa del proceso es clave para detectar cualquier error que se pueda haber escapado y unificar la terminología y el tono, especialmente si la traducción es larga. También sirve para evaluar la cadencia del texto final y revisar que suene natural en el idioma meta. Este punto garantiza que el mensaje se lea correctamente, con el mismo sentido que el original.
CONCLUSIÓN
Conocer el proceso de traducción ha ayudado muchas veces a que los clientes comprendan el plazo de la entrega de la traducción, es decir, por qué toma el tiempo que toma. También sirve para que conozcan mi método de trabajo, ya que este proceso lo aplico en cada proyecto de traducción.
Espero que este artículo haya sido útil para comprender el trabajo que hacemos los traductores tras bambalinas para producir un texto profesional y de calidad.
Si necesita una traducción, no dude en contactarme en la sección de Contacto o directamente por mail a sofiagalli@headwaytranslations.com.
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